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La primera clave es querer

Es sabido, como dato estadístico, que el estrés afecta a casi la mitad de la población, al menos en edad laboral. Demasiada tarea, demasiado objetivo, las formaciones, las reducciones de puestos de trabajo, la asfixia en forma de falta de tiempo. ¡Corta con eso! Puedes hacerlo, la primera clave es querer…

¿Cuántas veces has querido tirar la toalla y a la vez no te has atrevido…?¿ Te has sentido insignificante ante un entorno gigante…?  ¿La falta de aliento propio te arrugó y abrazado a tus miedos  has dejado pasar ese tren…?

Párate y descúbrete en estas preguntas:
¿Tienes un mal día o una mala época?

¿Sabes por qué?

¿Buscas ayuda, o en el fondo la evitas?

¿Sabes que tienes una conducta evasiva?

Hoy has hablado conmigo, te has vaciado contando tus penas, has hablado de estrés, que tocas fondo, que no puedes más…

«En medio de el duro invierno descubrí, por fin, que dentro de mí  hay un ser invencible» Albert Camus

La primera clave es querer…
Tienes una herramienta muy potente. Es natural y va contigo a todas partes. Consiste en entrenar un «músculo» que se llama «Atención»                              Se consigue entrenando una respiración profunda, diafragmática que te mantiene en «el aquí y el ahora»

Es entonces cuando  tu mente empieza a calmarse y te conviertes en el dueño de tu atención.
Se trata de entrenar pero siempre que te propongo que vengas a entrenar, a relajarte, me dices que no tienes tiempo. No es cierto que no lo tengas, es tu excusa. Es una forma de aplazar la decisión. Pues mira, funciona porque la propia atención a una respiración sosegada, te para, te desconecta de tu angustia que está fuera del presente, desconecta la red neuronal de la negatividad. La primera clave es querer…

En la vida actual los horarios y obligaciones te mantienen muy atento a todo lo que te rodea, tienes automatizadas infinidad de acciones que, aun ayudando a tus habilidades a perfeccionarse, te mantienen la atención dispersa y enfocada a lo externo, a lo extraño a ti.
La práctica constante de esos minutos de entrenar tu atención a la respiración consciente, ayudará a tu cerebro a cambiar, en lugar de liberar adrenalina y cortisol dará paso a antidepresivos y ansiolíticos naturales. El movimiento de tu diafragma ayudará a relajarte y que se liberen endorfinas, serotonina, oxitocina… Llevar tu atención a la respiración abdominal  conseguirá también coherencia corazón-cerebro, sensación del calma, estarás ahí, será como volver a casa.
Entrenar todos los días un ratito, te aliviará la carga, mucho por muy poco.    La segunda clave es creer…

Pero sobre todo enfócate en el momento presente, atiende a tu respiración y déjate envolver por ella,  por el ritmo,  repítelo varias veces a lo largo del día.
La primera clave es querer, la otra creer.

Recárgate de energía positiva y deja trufar tu día de momentos de calma. Será tu farmacia, créetelo!
P.D. Gracias a Soñadores del Mundo por esta imagen tan explicativa.

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