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Tiene su dislalia superada.

Ro es alegre y risueña. Es la tercera de tres hermanos y tarda un poco en hablar, y cuando lo hace, distorsiona muchos sonidos y sustituye otros. Ella se comunicaba bien porque en casa, sus padres y hermanos, la entendían. Hablaba con media lengua y, a juzgar por su evolución y su forma de aprender de su entorno, no tenía ningún problema más que su mala articulación. Fue al escolarizarla cuando vieron en casa que necesitaban una ayuda. Ro fue a la escuela con tres años cumplidos y su habla estaba alterado. Lo que parecía que iba a arreglarse en la convivencia con otros niños de su edad, no fue así y cuando iba a cumplir cuatro años, fue su madre la que buscó ayuda. Buscando y leyendo supo que Ro tenía dislalia y contactó con una logopeda. Se pusieron manos a la obra y trabajando juntas construyeron la solución y hoy, Ro, tiene su dislalia superada.

Ro comenzó a trabajar con su logopeda. Su dislalia era funcional, como la gran mayoría de los niños. A diferencia de las orgánicas:

  • Disglosia, en la que aparecen malformaciones de los órganos del habla, labios, lengua, paladar…
  • Disartria, en niños que se encuentran afectados centros neuronales cerebrales (SNC)

en la dislalia funcional, que se produce por el mal funcionamiento de los órganos articulatorios, no hay ningún problema orgánico.  Los niños sustituyen algunos sonidos por otros que le son más cómodos, omiten otros, distorsionan o incluso añaden alguno que no está.

Para tu tranquilidad que tienes un niño/a en ese caso, te diré que con la intervención del logopeda y tu apoyo en el trabajo en casa, suele corregirse sin problema y los niños recuperan su autoestima y la corrección en su articulación, pero con constancia en el trabajo. La recuperación es gradual y siempre con trabajo.

Ro se lo pasaba bien con la psicomotricidad para activar y tonificar los labios y lengua, eran praxias divertidas. Aprendió a jugar con la respiración diafragmática y era la campeona de los circuitos de bolas de papel que había que conducirlos con el soplo. Llegó a dominar y a controlar su respiración y coordinarla con la emisión de sonidos, y a su vez disfrutaba practicando la relajación, que le eliminaba tensiones y le permitía articular con mayor precisión.

Disfrutaba con los ejercicios de discriminación auditiva, figura-fondo, identificaba todos, y se sentía bien acumulando éxitos, sobre todo porque su logopeda nunca le corrigió sus errores, nunca se los hizo notar, simplemente le enseñó otros sonidos nuevos que ella no conocía, no articulaba y los practicó hasta que los automatizó, reforzando los movimientos musculares que intervenían en su articulación.

Con los lotos fonéticos trabajaba mucho, inventaban juegos y, como en la oca o el parchís, con unos dados estrenaban juego cada día. Inventaban recorridos, frases que incluyesen las palabras del loto, primero una, luego dos, tres, cuatro!! Era el dado todo un personaje, lleno de oportunidades y humor

Su madre conocía los ejercicios y le ayudaba en casa los días que no iba al logopeda. Progresaba, pasos cortos pero seguros. Relajada, y viviendo su tratamiento como un juego colaboró hasta el extremo y hoy, Ro tiene su dislalia superada

¿Tienes un niñ@ que distorsiona o articula mal algunos sonidos de algunas consonantes? ¿O confundiendo uno con otro lo sustituye y coloca donde no es? Es dislalia y tiene solución. Haz como la madre de Ro, busca ayuda y comparte su recuperación, serás protagonista indiscutible de su recuperación. Y me cuentas…

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