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El espacio refugio, energía positiva

Una vez más  lo he vuelto a ver… Llega A…, nerviosa, respiración alterada y el gesto descompuesto.

Cualquier dificultad interviene revolviendo a nivel emocional. Esto lo vemos en la vida todos los días, ¿verdad? No piensas con claridad si estás alterada, no ves, no recibes, te sientes atrapada. Has de calmarte. Pero ¿sabes hacerlo, o tu cabeza rumia y rumia, en bucle…?

Empieza a hablar: “Estoy nerviosa. Esto no lo calma nada” Hablaba arrastrando el aire, con voz soplada, llena de aire, como si hubiera hecho un gran esfuerzo. Venía de subir un piso, en ascensor

La dejo hablar, la escucho con toda mi atención, va soltando. Asiento con la cabeza para que vea que sí, que la escucho, que me estoy enterando. Cierra los ojos, se percibe su desasosiego.

Se atropella un poco al hablar porque la sensación corporal la asusta, tiene miedo.

A… ¿quieres que hagamos unos ejercicios de respiración, con atención al cuerpo? ¿Probamos a ver si te calman?

La respuesta fue instantánea: Sí, probamos.

Se tumbó en la camilla. Y la fui guiando. 

La comunicación ha de ser cuidadosa, he estado atenta. Sé que si llego a proponerle “meditar” me dice que eso es una tontería… El prejuicio, las creencias limitan.

Al llamarle de otra manera, coló… Ejercicios de respiración… No importa qué palabra elijas, hemos de ser flexibles, siempre que el otro perciba que en nuestra comunicación hay mimo, intención de ayudar, intención de cuidar… Compasión.

Por eso digo que lo he vuelto a ver, porque siempre da buen resultado.

Cuando empecé a meditar y vi los primeros efectos, consecuencia de una mente en calma, pensé que tenía toda la aplicación del mundo en las sesiones de logopedia. Y los primeros que me vinieron a la cabeza fueron los TDAH, ya lo conté. Desde entonces, no hago más que comprobarlo.

Lo he vuelto a ver, nos pusimos a meditar. El proceso digo. Trabajamos primero atención a la respiración, lenta y profunda y hemos bajado al cuerpo. Observamos sensaciones corporales y A… empezó a flotar en calma. Se suavizó el ritmo, la cadencia, el gesto. Comenzó a respirar en calma. Me dirigí a ella para hacerla consciente: 

  • ¿Cómo te sientes? 
  • Estoy tranquila. 

Lo cierto es que tardó en contestar. Se refugió de tal manera en su cuerpo que no tenía ganas de hablar…

La respiración dirige y el cuerpo va detrás. Transitamos la situación de nervios y el miedo que provocan y vamos creando un nuevo escenario donde todo el desorden que presidía desaparece. Todo se ordena y da paso a una tranquilidad que la deja en “Paz”

Me gusta mi trabajo, me gusta ver como se diluyen algunas dificultades y nos permite luego trabajar el lenguaje. Imposible trabajar como llegó a la sesión.

A… tiene Afasia, es por eso que tiene episodios de alteración emocional. Solo el hecho de querer hablar y que no le salgan las palabras, la desestabiliza. Todo su mundo emocional se tambalea desde que se sabe enferma. Reconoce que no acepta el diagnóstico. “Quiero estar como antes”

Dejó de salir, dejó de hablar con sus amigas de siempre. Solo quería descansar. Aislándose estaba haciendo lo peor, no le ayuda en nada y sí puede que la soledad incida en su deterioro cognitivo. Así que el primer escollo durante estos meses fue ir perfilando una forma de vivir, de compartir, de convivir, tranquila… Sin más…

La meditación la está haciendo más paciente, está aceptando su nuevo modo de comunicarse y empieza a aceptar el no hacerlo, está aprendiendo a no alterarse cuando no puede hablar. Se está haciendo amiga del silencio… También sabe que, relajada, tiene más opciones para no sufrir. Y se comunica mejor, desde la calma.

Va dando pasos que le permiten volver a la normalidad. No quería salir en grupo porque se perdía en las conversaciones.

Ahora empieza a atreverse a salir con amigas y ha aprendido a no desbordarse cuando se pierde en la conversación. Simplemente, se queda callada un rato. Ya no pierde la calma…  Una vez más lo he vuelto a ver… Empieza a aceptar y conectando otra vez con el “ahora”

En definitiva, aunque sea con mentirijillas, llamándole de otra forma, ver la transformación es una recompensa maravillosa.

Agradecida a ese encuentro, en una demostración de Thermomix, que me proporcionó encontrarme con este aprendizaje que me cambió la vida. Me reconcilió conmigo, con mi calma de siempre, pudiendo volver a mí, pudiendo volver a casa…

Sí, yo también tuve mi proceso, mis dificultades, mis ganas de aislarme… 

El trabajo me ayudó a normalizar mi vida. Trabajo, familia, se iban colocando en su sitio. El problema era mi interior, inflado de angustia a rebosar… para mí una lucha imposible. Vivía atrapada en mi rabia. Como A… no sabía aceptar el cambio, la dificultad. 

Doy gracias siempre por haberme dado la posibilidad de probar y hacerme con este aprendizaje, porque me cambió la vida.

Claro que yo me decidí a probar, sin expectativa, solo llevé mi curiosidad. Y comprobé. Solo eso… 

Decidí formarme en Mindfulness por la aplicación que le vi en la vida, en las dificultades, nadie viene a hacer sesiones de logopedia sin una dificultad… Nadie viene indiferente con una dificultad. 

Y como sabemos que las dificultades vienen solas, sin permiso, sin previo aviso, me parece estupendo tener un tesoro que llamamos meditación, pero podemos llamar de otra forma, que colabora contigo desde lo más profundo de tu “Ser”

Y tú, ¿te decides a aprender a hacer acopio de calma? ¿Quieres hacer unos ejercicios de respiración conmigo? ¿O vas a continuar escapando de enfrentarte a tu interior, sin miedo?

No seas boba, aprende, va a ser tu mayor bagaje para el resto de tu vida…

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